«Quiero dejar de ser ansiosa y volver a ser yo»

Desechar un síntoma no es sencillo. “Ser ansiosa” la define y al mismo tiempo lo toma como algo externo, que no le pertenece. Si fuera fácil, rápido y eficaz no necesitaría enunciarlo, ¿por qué y a quién se lo dice?

El síntoma es pantalla de algo más, vela en la presentación la relación con su inconsciente. Lo desconoce. ¿Cómo eliminar algo que no se sabe por qué se produce?

La pregunta por el ser atraviesa diferentes etapas en una experiencia analítica. Cada sujeto se presenta de diversos modos y con cualidades y características que considera fijas y desde siempre. Basta hacer el ejercicio de presentarse ante otros en una entrevista o una cita. ¿Qué cuentan y cómo lo hacen? ¿Por qué eligen esos atributos y no otros? ¿Qué los determinan?

Pues bien la ansiedad lo es también y define. Recuerden que el yo es una construcción. Siempre se “abrocha” a algún sentido. “Yo soy esto o aquello”, “Yo estudio/trabajo de tal cosa”, “Soy padre/madre de x hijos”, etcétera. Los sujetos necesitan incluirse en una historia, en una narrativa que los cuenten y los tengan en cuenta. 

Esa historia, ese modo de contarse, no deja de ser una elección consciente o inconsciente.

El ser está siempre en falta, de allí que seamos sujetos deseantes. La pregunta por el deseo sostiene el movimiento, la búsqueda, el encuentro y el desencuentro, la vida misma. Por lo cual, siguiendo esta lógica, dejar de ser algo implica la necesidad de ser otra cosa. No hay “yo” sin una historia. Ser (x), donde la x es lo que falta en ser. Y es una variable que nunca completa.

En definitiva, si ahora es ansiosa con un tiempo de análisis puede ser lo que quiera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *