El sujeto se constituye en su historia. Le otorga identidad, filiación, pertenencia. Se reconoce en ella y le guarda fidelidad. “Soy así, me hicieron de esta manera”, ¿Cuál?
Cualquier circunstancia que ocurre en la vida del sujeto se asimila y se recorta por el determinismo histórico, por lo que se espera de él y lo que espera de sí mismo. Hay un lugar que lo preexiste y que él ocupa y replica.
El sujeto interpreta un papel en la historia, actúa como respuesta a una pregunta que creyó provenir de sus antepasados. Una pregunta que no fue necesariamente formulada; es el sujeto quien elige qué escuchar de su historia y hace de acuerdo a ella; por ejemplo: “Vos sos así”. Es lo que en psicoanálisis denominamos “deseo del Otro, ¿Cómo me quiere el Otro?”. El sujeto trata de cumplirlo para tener un lugar en el linaje familiar, apropiándose de una verdad que será también la suya. Cabe aclarar que esto es una construcción, un armado totalmente inconsciente y del orden de lo desconocido.
Es el modo de hacer lazo, se crean ciertos lugares que cada uno de los personajes de la historia respeta y hace cumplir. No necesariamente son explícitos y evidentes. Muy por el contrario, la mayoría de las veces se basan en creencias y en mitos familiares que condicionan y comandan la historia de cada sujeto.
El sujeto puede cumplir el deseo del Otro y aferrarse a una historia, o bien ese deseo puede causar el suyo que no sabía que tenía y hacer con él.
En algún momento, análisis mediante, el sujeto deja de creer en eso que le contaron. “¿La historia es como la recuerdo?” Algo enigmático en la historia comienza a hacerle preguntas.
El sujeto pierde su condición de espectador a partir de la construcción de la pregunta en análisis, “¿Qué tengo que ver con la historia que me cuento?”
El cambio fundamental se produce cuando ese lugar que tenía en la historia se conmueve, y el sujeto puede ubicarse de manera diferente con respecto a lo que cuenta. La respuesta “Yo soy así” cambia a la pregunta “¿Por qué elegí esta manera de ser?” Es decir, deja de actuar para cuestionar el papel que interpretó, y repitió en cada situación de su vida.
Se relanza a escribir su propia historia. Cada vez que modifica la versión, el presente cambia, emerge un sujeto causado en su deseo, cada vez más libre.
Se abre la posibilidad de un modo de hacer singular, ya no parecido a los demás.