¿Antes lo sabía?, ¿Qué habrá pasado para que ahora no lo sepa?
Es una pregunta que inaugura un movimiento. En análisis el “no saber”, no tener respuestas es la apertura a otro saber inconsciente. Saber que se le presenta al sujeto como un enigma. No sabe qué hacer con ello, lo “pone de cabeza”, lo descoloca.
El “no sé” es del orden de lo desconocido, angustiante o extraño. La puerta en la imagen es una metáfora de él mismo, una puerta que lo invita a pensar y preguntarse, “¿Qué me está pasando?”. Incluso surgen otras: ¿Había puerta antes?, ¿Estaba accesible, la veía? Encontrar la puerta abre la posibilidad de otro lugar, de moverse hacia otro espacio.
Sostener que no se tienen todas las respuestas, sostener la incertidumbre no es para cualquiera. Hay una cuota de curiosidad y de valentía que hay que poner a trabajar.
Animarse a estar delante de una puerta, encontrarla en diferentes momentos del recorrido analítico señala cada vez que se está caminando.
Las puertas son obstáculos que el sujeto construye para no avanzar, sus propias resistencias a los cambios, a la improvisación y a la creación de nuevos espacios.
¿Qué habrá del otro lado de la puerta?