Si le “cuesta” es porque tiene un valor, como si se tratara de dinero. Le cuesta decir que no, le resulta gratis decir que sí, y los regala, los dona.
El sujeto en cuestión se muestra a todos, se exhibe con el anhelo de ser reconocida desde un lugar particular, desde donde se observa ella misma.
Es posible considerar una posición en exceso, que incluye a los otros y no demarca los límites. Si a todos les dice que sí, ¿A qué le dice que sí realmente?, ¿Qué elige y qué no?, ¿Qué responsabilidad es capaz de asumir?
Los sí y los no son límites que todo sujeto debe construir. Será necesario un compromiso y atravesar la experiencia analítica para que esa afirmación se transforme en pregunta: ¿Por qué me cuesta decir que no?
Por q temo q el otro se enoje y me rechaze
Si le decimos a todos que no… ¿a qué le decimos que si?. Aunque parezca una paradoja más que ser aceptado es una forma de rechazar al otro.