Cuando el “problema” es una solución

Cuando el problema es una solución

¿En qué situaciones nos sentimos más seguros accionando? ¿Por qué se eligen determinadas situaciones y no otras?

Hay personas que se sienten “plenas” cuando resuelven conflictos, cuando la vida “los pone a prueba”. Ahí están esperando el golpe, buscándole la vuelta, disfrutando de ese shock de adrenalina para ganar y esperar la siguiente batalla.

Pero, ¿Cómo se manejan cuando sus vidas no suceden de esa manera, cuándo no hay conflicto?

¿Escucharon la frase «si no tiene problemas se los inventa»?

Quizás en algún momento de su vida, eligió (inconscientemente) este modo. Esta forma de relacionarse con otros. De esta manera, todo se transforma en problema, desafío y solución.

¿Y dónde está el tiempo para él/ ella mismo? ¿El lugar del deseo, de encontrar lo que le gusta, estudiar o lo que considere?

El problema no está cuando HAY problemas sino cuando FALTAN. Cuando según el sujeto no hay “nada”. Un vacío que se llena de problemas y de posturas. «Yo soy un/a guerrero/a», «la vida me hace mas fuerte»

Y en verdad solo está esquivando (aun con esta postura de invencible) su propia vida.

Hoy por un amigo, mañana el padre/madre, pasado por uno del trabajo y así. Ocuparse de los demás para no ocuparse de él/ella. Pareciera ser más fácil mirar afuera que adentro. Y buscar respuestas que andar preguntándose. ¿Pero a qué costo?

Es un modo de respuesta que evita la pregunta. En todo caso ésta viene de afuera, no es su propuesta. Resolver problemas tiene que ver con una postura infantil, en la cual le señalan lo que hay que hacer, al modo escolar por ejemplo. Repite este modo solidariamente con lo que cree que es el deseo del otro y trata de cumplirlo, colmarlo, que no le falte nada.

Es un doble soporte que anula y posterga tanto su deseo como el del otro. Es un empleo de tiempo completo en el cual el sujeto encuentra un amo que le diga lo que hay que hacer. Amo que se lo quiere sacar de encima y que encuentra un sustituto constantemente.

La respuesta en lugar de la propuesta habla más de una inhibición que la aparente exhibición a la que está sometido.

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